Recopilación de tres de las historias que hemos leído en los últimos días que nos pueden servir para reflexionar sobre lo que podemos hacer.
Sobre lo que no podemos cambiar
Salimos del colegio y está lloviendo muchísimo. Miramos las nubes y les decimos ¡queremos que pare de llover! ¿Creéis que servirá para algo?...Evidentemente no, porque el que llueva o no no depende de nosotros. Pero claro, lo que nosotros queremos es no mojarnos, y eso sí que está en nuestras manos. Podemos coger un paraguas, un chubasquero... eso sí que depende de nosotros.
Sobre qué depende de mí y qué no
Van caminando por las montañas un padre con su hijo. De repente, el hijo se lastima y grita: "¡aaahhh!" Se oye una voz que va repitiendo por algún lugar de la montaña: "¡aaahhh!" Con curiosidad el niño grita:¿Quién hay? Al momento se escucha:¿Quién hay? enfadado con la respuesta, el niño grita: "Cobarde" y recibe la respuesta: "Cobarde". El niño mira a su padre y le pregunta: "¿Qué pasa?" El padre sonríe y le dice: "Hijo mío, presta atención" Entonces el padre grita a la montaña "TE ADMIRO" y la voz responde:"TE ADMIRO". De nuevo el padre grita: "TE QUIERO" y la voz le responde: "TE QUIERO". de nuevo el hombre grita: "ESTÁS LLENO DE ÉXITOS" y la voz responde:"ESTÁS LLENO DE ÉXITOS".
El niño estaba asombrado, no entendía lo que pasaba. Entonces el padre le explicó: "La gente lo llama Eco, pero en realidad...¡Es la VIDA!... La vida te devuelve todo lo que dices o haces...
Sobre la toma de decisiones
Las personas es como si tuviéramos en el cerebro una cajonera con tres cajones. El cerebro guarda las cosas, según como le lleguen, en uno u otro. En el primer cajón guardamos todos los "TENGO QUE" que nos llegan: "tienes que estudiar", "tienes que hacer los deberes", "tienes que limpiar tu habitación", "tienes que comer más"...Este cajón lo solemos tener lleno, es el cajón del policía que está todo el día diciéndonos lo que tenemos que hacer. El cajón inferior es aquel en el que ponemos todos los "ME GUSTA", es el cajón del niño pequeño. Aquí nos encontraríamos con frases como: "¡qué rollo estudiar ahora, preferiría estar viendo la tele!", ¡qué bien estar toda la tarde con la play",...Pero con las cosas de este cajón ¿sabéis qué ocurre? Pues, por ejemplo, pensad que nos encanta el chocolate y que todo el salón está lleno de chocolate. El niño pequeño nos dirá: ¡Cómo me gusta!... Y, ¿qué decidiremos hacer nosotros? ¿Nos lo comeremos todo? No, porque seguro que luego tendríamos dolor de estómago. ¿Qué podemos hacer? Pues claro, comer un poco cada día es una buena elección. Si decidimos comérnoslo todo pensando sólo en lo que nos gusta, también nos hubiéramos sentido mal. Hemos conseguido hacer callar al niño y al policía. Hemos pensado qué pasaba ahora, qué pasará después... y hemos decidido lo que "QUEREMOS" hacer. Sin darnos cuenta hemos utilizado el cajón del "QUIERO", este es el cajón que nos hace sentir bien.